¿Es el cuerpo el espejo del alma?

Nuestra generación es testigo de una continua degradación. Esta degradación se hace visible a través del cambio de nuestro interés de los valores y principios a un amor materialista por el dinero y los objetos. Mostramos un profundo apego a nuestra casa, nuestro coche, diferentes aparatos valiosos, y los atesoramos a toda costa. Entonces, ¿quién en este mundo sigue valorando el alma como la cosa más importante de la vida? ¿Y quién tiene tiempo para cuidarla como debería?

"Sobre todo, guarda tu corazón, porque todo lo que haces fluye de él" (Proverbios 4:23). Si lo más preciado que tenemos es nuestra alma, ¿por qué se la trata a menudo con tanta indiferencia?

El retrato de Dorian Gray

¿Alguna vez te has preguntado cómo sería tu alma si tomara una forma humana? Basándose en esta idea, Oscar Wilde imagina un drama trágico a través del personaje de Dorian Gray. Un joven de rara belleza y personalidad distintiva, Dorian hace que su retrato sea pintado por su amigo Basil, quien decide inmortalizar su imagen en un cuadro impresionante. Cuando Gray ve su retrato, se da cuenta de lo efímero que es su juventud comparada con la eternidad de la imagen del cuadro. Por esta razón, hace un trato y vende su alma para preservar su apariencia física juvenil, permaneciendo eternamente joven. El retrato no sólo se hace cargo del proceso de envejecimiento, sino que también tiene el papel de reflejar el alma del joven y de reflejar los cambios en su degradante conciencia.

El noble Gray, inicialmente un personaje inocente y sencillo, se deja guiar por su amigo mayor, Lord Henry, que atrae al muchacho a la trampa de un estilo de vida hedonista. En una sociedad obsesionada con las apariencias, Dorian se permite saborear los placeres, vicios y emociones que lentamente se apoderan de él. En busca de la belleza y la esencia de la vida, su alma es engañada por aventuras, peleas e incluso, asesinatos. Hay momentos en los que Dorian percibe el mal únicamente como un medio para lograr su noción egoísta de la belleza.

Los cambios en su retrato se revelan a lo largo de 18 años, durante los cuales el pintado Dorian Gray se convierte en un monstruo, un reflejo de todos los pecados que su yo físico, ha cometido. Aparecen arrugas y verrugas en la cara del cuadro; el cuero cabelludo pierde su pelo, la piel se mancha; su mirada perdida y su sonrisa abatida. En contraste, Dorian Gray tiene la misma apariencia joven y angelical que tenía antes de comprometer su alma. Al final, la belleza resulta ser sólo una máscara para él, y la juventud, un engaño.

¿Es el cuerpo el espejo del alma?

Vuelvo a esta pregunta en la conclusión: ¿Es el cuerpo el espejo del alma? La respuesta es "no". Creer que el alma se expresa a través del cuerpo es pensar superficialmente. Al mismo tiempo, no rechacemos la idea de que un cuerpo hermoso puede reflejar un alma hermosa. Al contrario, eso sería lo ideal. Pero la conclusión principal es que no debemos considerar la apariencia física como una referencia para la moralidad, no importa cuán inocente, noble y elegante parezca alguien. A menudo tendemos a dejarnos inspirar y guiar por las apariencias. Recuerden lo que Dios le dijo a Samuel: "No consideres su apariencia ni su altura, porque lo he rechazado. El Señor no mira las cosas que la gente mira. La gente mira la apariencia exterior, pero el Señor mira el corazón" (1 Samuel 16:7).

Aunque tu alma ya haya empezado a mostrar rastros de mentiras, engaños y otros vicios, recuerda que tú también puedes lograr una renovación espiritual siguiendo los principios de la Biblia — en Ezequiel 3:26 está escrito: "Os daré un corazón nuevo y pondré en vosotros un espíritu nuevo; quitaré de vosotros vuestro corazón de piedra y os daré un corazón de carne".

Hasta que esta promesa se cumpla, ¡cuida tu alma!

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